El viaje fue bueno y, una vez que llegamos allí, el autobús nos dejó cerca de la antigua catedral de Vitoria, la Catedral de Santa María. Distribuídos en tres grupos fuimos entrando en ella. La guía nos explicó que ésta tiene sus orígenes en un proyecto de iglesia-fortaleza de principios del siglo XIII; y que, posteriormente, la construcción se culminó en varias fases durante los siglos XIV y XV, bajo el estilo gótico. La catedral está soportada por enormes columnas totalmente abombadas, tal como pudimos comprobar Ascendimos por un estrechas escaleras de caracol al triforio, la galería que rodea el interior de la iglesia sobre los arcos de las naves, y desde allí contemplamos el estado de estas últimas. Por último, sentados en unos bancos del pórtico, de triple portada gótica, finalizamos la visita escuchando las últimas explicaciones sobre la antigua catedral.
Antes de seguir nuestra visita, nos calentamos con un rico chocolate. Se agradecía el calorcito del chocolate, o de cualquier cosa, porque en la catedral lo que no hacía era precisamente calor.
A continuación, en un recorrido por el Casco Antiguo de la ciudad acompañados por otra guía turística, vimos diversos edificios y monumentos. No sé si recordaré el nombre de todos pero voy a intentarlo.
El Palacio de Escoriaza Esquibel, de 1.540, y las murallas adyacentes a éste, que datan del siglo XIII.
El Palacio de Montehermoso (1524). En la actualidad alberga un centro cultural municipal y está comunicado a través de un pasaje subterráneo con el Antiguo Depósito de Aguas, que también visitamos, espacio rehabilitado de 1200 m2. y que se utiliza como sala de exposiciones.
El Palacio de Villa Suso (siglo XVI).
Los Arquillos y Plaza del Machete (1802).
La Iglesia de San Miguel (siglo XIV), que preside la plaza de la Virgen Blanca.
Allí al lado saludamos a Celedón, oso dotore, pero que no respondió a nuestro saludo.
Antes de seguir nuestra visita, nos calentamos con un rico chocolate. Se agradecía el calorcito del chocolate, o de cualquier cosa, porque en la catedral lo que no hacía era precisamente calor.
A continuación, en un recorrido por el Casco Antiguo de la ciudad acompañados por otra guía turística, vimos diversos edificios y monumentos. No sé si recordaré el nombre de todos pero voy a intentarlo.
El Palacio de Escoriaza Esquibel, de 1.540, y las murallas adyacentes a éste, que datan del siglo XIII.
El Palacio de Montehermoso (1524). En la actualidad alberga un centro cultural municipal y está comunicado a través de un pasaje subterráneo con el Antiguo Depósito de Aguas, que también visitamos, espacio rehabilitado de 1200 m2. y que se utiliza como sala de exposiciones.
El Palacio de Villa Suso (siglo XVI).
Los Arquillos y Plaza del Machete (1802).
La Iglesia de San Miguel (siglo XIV), que preside la plaza de la Virgen Blanca.
Allí al lado saludamos a Celedón, oso dotore, pero que no respondió a nuestro saludo.
La plaza de la Virgen Blanca, en donde se encuentra el Monumento a la Batalla de Vitoria (1917) que conmemora la batalla entre tropas británicas, españolas y portuguesas al mando del Duque de Wellington, contra las francesas lideradas por José Bonaparte, que provocaron la retirada de éstas, La victoria aliada sancionó la retirada definitiva de las tropas francesas de España (con la excepción de Cataluña) y forzó a Napoleón a devolver la corona del país a Fernando VII, finalizando así la Guerra de la Independencia Española.
La Plaza Mayor.La Catedral de María Inmaculada (1907-1973), que es la Catedral Nueva.
Ya en nuestro autobús, y acompañados de una guía, pudimos ver, y admirar, otras zonas de Vitoria antes de dirigirnos al restaurante a yantar
Cuando ya no nos sirvieron más de comer, ni de beber, decidimos regresar a San Sebastián. Y a la hora prevista estábamos en casita.
En resumen, el viaje en autobús fue estupendo y sin ninguna incidencia, los lugares que vimos muy interesantes. Sólo pasamos un poco de frío, pero como somos chicarrones del norte... Todo había sido muy bien organizado y la excursión resultó muy grata. Que la próxima se haga prontito.
C.Y.
Ya en nuestro autobús, y acompañados de una guía, pudimos ver, y admirar, otras zonas de Vitoria antes de dirigirnos al restaurante a yantar
Cuando ya no nos sirvieron más de comer, ni de beber, decidimos regresar a San Sebastián. Y a la hora prevista estábamos en casita.
En resumen, el viaje en autobús fue estupendo y sin ninguna incidencia, los lugares que vimos muy interesantes. Sólo pasamos un poco de frío, pero como somos chicarrones del norte... Todo había sido muy bien organizado y la excursión resultó muy grata. Que la próxima se haga prontito.
C.Y.
No hay comentarios:
Publicar un comentario