El viernes día 13 amaneció un poco tristón por lo que, en prevención a la mojadura por lluvia, muchos llevábamos paraguas o chusbasquero en nuestras mochilas. Durante el viaje en autobús hasta Deba no nos llovió, ¡buen presagio!
Cuando oímos el pistoletazo de salida de la etapa Itziar-Endoia-Zestoa, de 12,499km., que se dio cuando bajó del autobús el último integrante del equipo de senderismo, emprendimos la marcha a pie. Después de atravesar el polígono industrial de Itziar, el paisaje iba creciendo en belleza.
Seguramente al "Vicepresi" de nuestra Asociación, mientras comprobaba que el pelotón se iba agrupando, le maravilló el paisaje que veía.
El Jefe del equipo, mientras esperaba a un grupito descolgado, también admiró el panorama.
Con un fondo de folleto turístico, la serpiente multicolor de senderistas caminó hacia Zestoa después de pasar por Endoia, lugar de nacimiento del bertsolari Uztapide.
Con un fondo de folleto turístico, la serpiente multicolor de senderistas caminó hacia Zestoa después de pasar por Endoia, lugar de nacimiento del bertsolari Uztapide.
Alcanzada la meta, las primeras en llegar –pongo primeras porque a la vista está-, repito, las primeras en llegar quedaron a la espera del resto del equipo de senderistas, para luego dirigirse todos juntos al punto de avituallamiento.
Fueron pocas las incidencias a resaltar en la etapa de este día: algún calambre, una pájara “rodillil” de uno de los participantes y que le hizo abandonar el recorrido casi al final. Pero, a pesar de ello, todos contentos. ¡Ah!, y también se registró el hallazgo de un cadáver de ¿culebra?
Había sido un estupendo paseo. A la belleza del paisaje se unió el buen tiempo, ya que, a medida que la mañana avanzaba, se fueron despejando las nubes hasta quedar un soleado día, por lo que pudimos ver los numeroso montes que enmarcaron nuestro recorrido. A la vez que nuestros ojos disfrutaban de un magnífico panorama en verde, percibíamos el aroma de las plantas que crecen al borde del camino, contemplábamos los diferentes árboles, admirábamos los bellos caseríos que adornan ese espléndido paisaje, …
“En todos sus sueños más bellos, el hombre no ha sabido jamás inventar nada que sea más bello que la naturaleza”.
Finalizada la salida programada con un pintxo al aire libre, una pareja de senderistas tuvieron la buena idea de sugerir la visita a la cueva de Ekainberri aprovechando su proximidad. Proposición que fue aceptada por un pequeño grupo. El resto emprendió la vuelta a San Sebastián en autobús.
Los que habíamos decidido prolongar nuestra jornada allí, después de comer en un establecimiento de Zestoa nos dirigimos hacía la réplica de la cueva de Ekain, completando de esa forma un magnífico día.
Los senderistas de Helduen Hitza sí que saben; mejor dicho, sí que sabemos.
C.Y.
Fueron pocas las incidencias a resaltar en la etapa de este día: algún calambre, una pájara “rodillil” de uno de los participantes y que le hizo abandonar el recorrido casi al final. Pero, a pesar de ello, todos contentos. ¡Ah!, y también se registró el hallazgo de un cadáver de ¿culebra?
Había sido un estupendo paseo. A la belleza del paisaje se unió el buen tiempo, ya que, a medida que la mañana avanzaba, se fueron despejando las nubes hasta quedar un soleado día, por lo que pudimos ver los numeroso montes que enmarcaron nuestro recorrido. A la vez que nuestros ojos disfrutaban de un magnífico panorama en verde, percibíamos el aroma de las plantas que crecen al borde del camino, contemplábamos los diferentes árboles, admirábamos los bellos caseríos que adornan ese espléndido paisaje, …
“En todos sus sueños más bellos, el hombre no ha sabido jamás inventar nada que sea más bello que la naturaleza”.
Finalizada la salida programada con un pintxo al aire libre, una pareja de senderistas tuvieron la buena idea de sugerir la visita a la cueva de Ekainberri aprovechando su proximidad. Proposición que fue aceptada por un pequeño grupo. El resto emprendió la vuelta a San Sebastián en autobús.
Los que habíamos decidido prolongar nuestra jornada allí, después de comer en un establecimiento de Zestoa nos dirigimos hacía la réplica de la cueva de Ekain, completando de esa forma un magnífico día.
Los senderistas de Helduen Hitza sí que saben; mejor dicho, sí que sabemos.
C.Y.