Cuando era cría –anteayer- hubo una película con el título Todos los hermanos eran valientes. Aunque no sé de qué trataba, porque no fui a verla, recuerdo que uno de sus actores principales era Robert Taylor, del que yo estaba enamorada desde que le “conocí” en Quo Vadis.
Si hubiéramos filmado nuestra salida del día 26 de Noviembre al Goiherri, podríamos haberla titulado Todos los senderistas de Helduen Hitza son valientes.
Y lo digo porque las predicciones meteorológicas para ese día eran preocupantes. Pero como somos un grupo bien equipado, y valiente, nos dirigimos hacia esa bella comarca, partiendo en autobús a la hora establecida por los responsables del grupo.
Y lo digo porque las predicciones meteorológicas para ese día eran preocupantes. Pero como somos un grupo bien equipado, y valiente, nos dirigimos hacia esa bella comarca, partiendo en autobús a la hora establecida por los responsables del grupo.
Desde Abaltzisketa, cuna del aizkolari Polipaso, situada a los pies del monte Txindoki, iniciamos la marcha a pie por el precioso sendero que conduce a la campa de Larraitz.
El Txindoki (una de las moradas de Mari, según la leyenda) tenía su cima del mismo color que, actualmente, muchas de las cabezas del grupo de senderistas.
Teníamos reservada mesa para comer en un restaurante de este paraje y algunos aprovechamos para dejar en él lo que nos sobraba en nuestras mochilas en esos momentos.
Camino de Gaintza, meta de nuestra marcha, disfrutamos contemplando una imagen característica de la zona: ovejas pastando en las campas del Txindoki. Clásicos en esta época, también vimos cazadores muy cercanos a la carretera.
Camino de Gaintza, meta de nuestra marcha, disfrutamos contemplando una imagen característica de la zona: ovejas pastando en las campas del Txindoki. Clásicos en esta época, también vimos cazadores muy cercanos a la carretera.
Luego llegamos, almorzamos y emprendimos la vuelta.
La sorpresa de esta salida la tuvimos con el sol, ya que nos acompañó durante buena parte del recorrido hasta Larraitz. No sólo no llovía ni nevaba, sino que teníamos sol; increíble, pero cierto.
El paisaje del que disfrutamos ese día era de postal; rectifico, era de película (hoy hablo bastante de cine). Mirábamos hacia el norte, mirábamos hacia el sur…, hacia donde miráramos veíamos un bucólico panorama, típico de esta hermosa comarca.
Para no desprestigiar a las agencias de meteorología, la lluvia hizo su aparición solamente durante la comida. Después, cuando cubríamos la pequeña distancia de Larraitz a Abaltzisketa, volvió a lucir el sol.
Desde esta localidad, antes de emprender el viaje de vuelta a casa, dirigimos nuestra última mirada por ese día al cercano Txindoki,
Como despedida, puedo asegurar, y aseguro, que ésta ha sido una de las salidas más bonitas que hemos hecho por nuestras bellas tierras guipuzcoanas. Opinión que supongo es compartida por más senderistas de Helduen Hitza.
Quien conserva la facultad de ver la belleza, no envejece (Franz Kafka).Como despedida, puedo asegurar, y aseguro, que ésta ha sido una de las salidas más bonitas que hemos hecho por nuestras bellas tierras guipuzcoanas. Opinión que supongo es compartida por más senderistas de Helduen Hitza.
C.Y.
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